La Programación Neurolinguistica (PNL) nos dice que: el mapa no es el territorio.
Pero, ¿qué sería esto?
Como personas, no solemos actuar directamente sobre el mundo o sobre el territorio, sino que más bien solemos hacerlo a partir de las interpretaciones que hacemos de él en base a las experiencias sensoriales.
Es por esto que podemos afirmar que nuestra realidad, es decir nuestro mapa como lo denomina la PNL, es precisamente nuestra interpretación personal de nuestro entorno, del territorio o del mundo en el que habitamos.
Según la interpretación de nuestras experiencias podemos encontrarnos ante una realidad diversa, basada en el victimismo, en el protagonismo o librada a la suerte.
También podemos hablar de una realidad estancada basada en la comodidad o conformismo, o bien una realidad eficiente o construida basada en la capacidad de atención.
Anne Treisman, psicóloga de la Universidad de Princeton, afirma que el modo en el que desplegamos nuestra atención, determina lo que vemos, y lo que vemos, condiciona nuestra realidad.
Como dice Daniel Goleman en su libro Focus, lo que hace precisamente la atención es conectarnos con el mundo, modelar y definir nuestra realidad.
Hablando de esta realidad eficiente o construida, citamos a Peter Drucker donde afirma que la eficiencia está íntimamente ligada a la gestión de la atención en cualquiera de sus planos.
Un primer plano en la gestión de la atención, sería aquél ligado al corto plazo, al instante, es decir a lo que hacemos en cada momento concreto.
Cuando decidimos ponernos con una próxima acción, nuestro foco debería estar única y exclusivamente en terminar esa próxima acción.
El segundo plano es aquél vinculado al largo plazo, es decir, a nuestras metas u objetivos, y está relacionado con lo que se conoce como atención selectiva, que es la capacidad de dirigir la atención hacia un objetivo concreto, ignorando por completo el flujo de datos y posibilidades que se cruzan en nuestro camino. Esto se conoce como estar enfocado.
Ahora bien, la luna tiene dos caras.
Lo contrario de la atención es la distracción, algo que nos acompaña hoy día a día, en función a los estímulos circundantes y a la inmediatez en la que vivimos, por lo que podemos hablar de dos tipos de distracciones. Por un lado las sensoriales y por otro las emocionales.
Las distracciones sensoriales suelen ser más fáciles de controlar. El reto más importante, aún teniendo la capacidad de enfocarnos, procede de la dimensión emocional, dado que el proceso suele llevarnos a un estado de diálogo interior que se convierte en un “loop” que nos aparta de nuestro foco. De ahí que la principal distracción seamos nosotros mismos.
Es así como podemos vincular la procrastinación con las distracciones emocionales ya que es una manera de enfrentar las emociones desafiantes y estados de ánimo negativos generados por ciertas tareas: aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, resentimiento, entre otras.
Para ir cerrando, cuando hablamos de “tu enfoque determina tu realidad”, hablamos también de la capacidad del autocontrol que implica el desarrollo de dos tipos de autodisciplinas. Por un lado, la capacidad de mantener en nuestra mente el resultado, mientras damos los pasos necesarios para lograr el objetivo. Y por otro lado, la capacidad de controlar nuestro temperamento y la frustración que puede llegar a producirse en aquellas situaciones desalentadoras, o bien ser flexibles ante los obstáculos que vayan surgiendo.
En conclusión, poder hacer foco en las tareas, teniendo en cuenta la realidad en la que vivimos, se vuelve complejo, ya que nuestro sistema está excesivamente pendiente de lo que ocurre en el momento y permanece constantemente inmerso en el presente más inmediato. Este hecho hace que cuando nos dejamos llevar por esta inmediatez, nuestro comportamiento habitual sea el de posponer las cosas, ya que a nuestro cerebro le resulta mucho más conveniente hacerlo mañana que hoy.
Desde KOIZEN te invitamos a vincular tus actividades diarias, junto con objetivos cortos y elementos que te motiven para desarrollar tu capacidad de enfoque.